La Paz.- El opositor Luis Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) y correligionario del ex presidente Evo Morales, se perfila como el nuevo presidente de Bolivia, tras imponerse en primera vuelta en las elecciones realizadas el domingo en el país andino.

El aspirante que era considerado favorito por las encuestas, el ex presidente Carlos Mesa, no esperó los resultados oficiales de la elección y ha reconocido el triunfo en las urnas de su rival.

La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, enemiga política de Morales, también reconoció la victoria del candidato presidencial del MAS, quien tendría una ventaja al parecer irreversible en el número de votos en su favor.

Numerosos presidentes de países de América Latina y el propio secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, quien prometió que la OEA sería implacable en la fiscalización de las elecciones bolivianas, felicitaron a Arce por su victoria en las votaciones del domingo.

Arce, allegado al ex mandatario Morales, quien vive en Argentina tras una corta estancia en México como asilado político en noviembre pasado, habría ganado la elección presidencial, según las encuestas a “boca de urna”.

El abanderado presidencial del MAS acusó al “gobierno de facto” de Áñez de interferir en el proceso electoral y de utilizar recursos públicos para obstaculizar su participación y evitar que compitiera en igualdad de condiciones.

Pese a todas las artimañas del “gobierno de facto” triunfamos “limpiamente” en los comicios presidenciales, reiteró Arce, quien adelantó que buscará la reconciliación de los bolivianos y gobernará para todos.

Aseveró que el triunfo presidencial de MAS contribuye a la democracia boliviana e insistió en que aun cuando el régimen no garantizó unas elecciones transparentes, su organización política se impuso de manera contundente.

Arce, de profesión economista, fue postulado por el ex partido en el gobierno, cuyo líder máximo fue obligado a dejar la presidencia en octubre de 2019 tras suscitarse una serie de protestas violentas de opositores quienes alegaban un fraude electoral que permitió la reelección de Morales.