Rusia. – El reciente motín liderado por Yevgeny Prigozhin ha dejado en evidencia la debilidad del presidente ruso, Vladimir Putin, y ha puesto en tela de juicio su narrativa y la confianza que sus seguidores depositaban en él. Durante el motín, el silencio del mandatario ruso, la rapidez con la que las tropas avanzaron en el territorio ruso y las contradicciones en sus declaraciones y castigos a los wagneritas, revelaron que el líder del Kremlin no es tan fuerte como se creía.

Mikhail Khodorkovsky, antiguo magnate ruso y crítico de Putin, ha revelado información obtenida de fuentes cercanas al Servicio Federal de Seguridad (FSB), desilusionados con el gobierno ruso, que sugiere que el nivel de lealtad hacia Putin es bastante bajo. Según Khodorkovsky, solo alrededor del 30% de los oficiales del FSB estaría dispuesto a proteger a Putin en caso de otro motín.

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Estas afirmaciones coinciden con las declaraciones previas de Gleb Karakulov, desertor del Servicio de la Guardia Federal (FSO) y exagente de seguridad de Putin, quien afirmó que el entorno del presidente es poco fiel y se mueve por pura conveniencia.

Además de las cuestiones relacionadas con el motín, Khodorkovsky señala otros aspectos que evidencian la debilidad de Putin. La facilidad con la que los paramilitares tomaron ciudades y cuarteles en Rusia sin una respuesta contundente del Kremlin, y la falta de un castigo severo y definitivo contra Prigozhin, han llamado la atención. Estas acciones podrían indicar que Putin se encuentra en una situación comprometida, ya que el uso de la fuerza contra los rebeldes podría provocar una reacción negativa de las propias fuerzas de seguridad y desencadenar un enfrentamiento aún mayor.

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El motín de Prigozhin también ha tenido un impacto en los partidarios de Putin, quienes ahora cuestionan su liderazgo y están dispuestos a escuchar ideas críticas hacia él. Estas semillas de duda han sido plantadas en las mentes de los aliados, lo que debilita aún más el poder de Putin y reduce la lealtad incluso en las Fuerzas Armadas.

En adelante, Putin deberá ser cauteloso y cuidadoso en cada uno de sus movimientos, ya que cualquier error podría amenazar su tiempo en el cargo y poner fin a su mandato.

Aunque el panorama para Putin parece cada vez más débil, queda por verse cómo evolucionarán los acontecimientos y si logrará recuperar la confianza y el apoyo de sus seguidores en un momento crucial para su liderazgo en Rusia.

AP