Guatemala.- El Palacio Nacional, inaugurado el diez de noviembre de 1943 con motivo del cumpleaños del dictador,  general Jorge Ubico, es una joya arquitectónica que por décadas fue símbolo del poder político en Guatemala, ahora recinto cultural.

La vieja casona, que resalta en el Centro Histórico de la capital, pasó de emblemática sede del gobierno a recinto cultural. Desde fines de la década del 2000 funciona como Palacio Nacional de la Cultura, aunque continúa como lugar de actividades públicas del Ejecutivo.

El inmueble, erigido en pleno corazón de la Ciudad de Guatemala, la mayor metrópoli centroamericana, fue construido por órdenes del dictador Ubico, que gobernó con mano dura de 1931 a 1944.

“El Palacio”, así llamado por los guatemaltecos, es también conocido popularmente como el “Guacamolón” por el peculiar color verde de la piedra –importada de Europa- con que fue construido. Fue sede del gobierno desde su inauguración hasta la gestión del presidente Álvaro Arzú (1996-2000).

Arzú dispuso el desalojo de las oficinas públicas que tenían como sede la vistosa y vieja casona –como los ministerios de Relaciones Exteriores y de la Defensa, entre otros- y decretó su nueva función de Palacio Nacional de la Cultura.

La Agencia Guatemalteca de Noticias, en ocasión de los festejos cívicos por el Bicentenario de la Independencia Nacional, se refirió a la relevancia histórica y política del ahora Palacio Nacional de la Cultura de Guatemala.

La antigua sede del gobierno, declarada en 1980 Monumento Histórico y Artístico de la Nación, “es un lugar que resguarda la memoria, cultura e identidad de Guatemala, detalles que lo hacen único a nivel mundial”, según la agencia estatal de noticias.

El edificio refleja el paso del tiempo y el insuficiente mantenimiento. Al respecto, el ministro de Cultura y Deportes, Felipe Aguilar, indicó que el gobierno invierte en la actual administración ocho millones de quetzales (alrededor de un millón de dólares) en el remozamiento de su infraestructura.

“Estamos remozando todas las áreas del Palacio, techos y cubiertas del Patio de la Paz y Cultura, sanitarios y áreas para evitar el filtro del agua en invierno (mayo-noviembre). La meta es entregarlo ya recuperado en septiembre, para la celebración del Bicentenario de la Independencias”, añadió.

Los trabajos de restauración del Palacio Nacional de la Cultura comenzaron en agosto de 2017. Cada una de sus esculturas y pinturas son detalles de belleza, sobre los que trabaja en estos días un grupo de restauradores y empleados especializados.

“Actualmente, estos trabajos de remozamiento avanzan en un 40 por ciento”, esto incluye mejoras en su estructura interior y el frente de la “obra monumental”, señaló el funcionario.

La primera fase del proyecto incluyó trabajos en el Patio de la Paz, el Salón de Recepciones y la cúpula del Salón Banderas. La segunda etapa consistió en el reforzamiento de la fachada sur, que guarda cuatro mil metros cuadrados de fachada artística. Los trabajos de remozamiento de la fachada frontal culminaron en septiembre de 2019.

En 1932, el presidente y general Ubico publicó las bases para el diseño y construcción del Palacio Nacional. El cuatro de julio de 1937 se colocó la primera piedra de la obra. Los trabajos finalizaron el diez de noviembre de 1943, cuando se inauguró en ocasión del cumpleaños del dictador.

Se trata de una edificación de ocho mil 890 metros cuadrados y una altura de 30 metros. El recinto acoge actividades artísticas y exposiciones temporales, pero guarda colecciones de pintura y escultura, a la vista del público.

Fue declarado Monumento Histórico y Artístico de la Nación el siete de  noviembre de 1980. El 11 de junio de 2001 pasó a formar parte del Ministerio de Cultura y Deportes, responsable de su administración y mantenimiento.